Lisianthus, Rosa japonesa y Eustoma, con todos estos nombres se conoce a esta bella planta con flores que nos recuerdan a las rosas y peonías.
Fue descubierta a principios del siglo XIX, dicen algunos que es difícil de cultivarlas, la acabo de descubrir y espero y deseo poder verla crecer por mucho tiempo.
Parece que es bastante más conocida en las floristerías pues con ellas preparan bonitos ramos para bodas y otros eventos.
Son especies de la familia de las gencianáceas, originarias del oeste norteamericano y en estados cómo Texas crecen en estado silvestre. Tiene una característica particular, sus capullos son verdes y según se van abriendo va adquiriendo su color definitivo.
Los japoneses han conseguido mejorarlas con variedades híbridas mezclando colores, las hay sencillas y dobles que nos recuerdan a rosas y peonías, sus colores blancos, rosas y suaves amarillos con tonos diferentes bordeando sus pétalos las hacen preciosas.
Cómo muchas variedades cuando mejor lucen es en verano, aunque dependiendo el clima podemos conservarlas durante todo el año con buena claridad, pero sin luz directa. Hay que regarla en verano varias veces a la semana ( 3-4 ) durante el resto del año con ( 1-2 ) será suficiente.
Es una planta muy peculiar ya que cuando cortas una flor sigue creciendo. Importante cortarlas a primera hora de la mañana.
Sabéis que las flores y sus colores tienen su simbología, no tengo ni idea a quién se le ocurrió, seguro que era alguien con mucho romanticismo y amor por ellas.
Se dice que cuando regalas Eustomas, Lisianthus o Rosa japonesa expresas amor por la persona que la regala: el color blanco expresa dulzura, el malva representa la extravagancia, el rosa sensibilidad y el amarillo una sutil creatividad, ahí lo dejo …
Después de los años que llevo con el blog y sabiendo que sólo conozco una pequeña parte de plantas, me encanta cuando encuentro alguna especie desconocida, espero que os gusten.
